lunes, 24 de abril de 2017

habla la ciudad




¿por dónde/se llega/al desastre?/¿cuál es/el camino?/¿habrá/camino?/¿habrá/desastre? ¿dónde/colocar los gatos/subirse al lomo de los gatos/luchar/con los gatos/y maullar/hacia la respiración del terremoto?

¿por dónde/se llega/al desastre?

partidas de ajedrez en miniatura/si no hay mapa/si no hay mapa entre tus dedos/es porque no debes/estar aquí/¿qué haces/aquí?/¿buscas/algo? 

el desastre
no hay desastre

el desastre 

no hay/desastre/en la ciudad 

el desastre 

no hay/desastre/en la ciudad alzada  

el desastre

ningún mapa/indica/el desastre


el desastre
 

solo abarco/un túnel incendiado/hace tiempo/un túnel de aquí a/otra zona/otra zona/otro centro de la estricta ciudad/otro centro y las costillas y el terremoto/incendió el túnel/y el terremoto/salió de los labios/y provocó una hecatombe/y quién murió/no lo sé/quién/respiró/por vez primera/bajo las rocas
  
¿por dónde/se llega/al desastre?

cubro con historias y carisma los escombros/soy una ciudad/entrañable/huelo a jazmín huelo a alimentos/huelo a/sueño/¿por qué querrías/llegar/al desastre?


estaré completa/sin que llegues/al desastre 

 
por favor/no llegues/al desastre


está/en las tuberías

y se llama/aida

lumínica

¿cuántas veces romperme/hasta nacer?/¿cómo nacemos/los escombros?/¿cómo nacemos/las ciudades?/quiero ser un campo/limpio/y las farolas/y el neón/de los camiones/y este foco/necesario/y las casas/habitadas

hace años/años que las estrellas/y los cuerpos

yo también me oculto/tras la fuerza de las luces


viernes, 21 de abril de 2017

sol

yo soy. el cráter. la inminencia. y el estrés. soy. el nudo que se anuda al cuello para. surgir de la lluvia. morir en la lluvia. si hace sol. si hace sol. significa peligro. si hace sol. si hace sol. significa. yo.

poder. querer. y no saber. saber. poder. y no querer. y la otra pieza es un. mástil alado que me lleva hacia. el infierno. no vuela porque sabe quiere pero. no puede. y aunque pueda. no sabría. y saber soy yo posada en una silla saber soy yo a los cinco años diciendo que el cuerpo. se me sale. por los ojos. que el cuerpo. se me escapa. es ácido mi cuerpo es ácido. desintegra. las paredes. el agujero el gris agujero soy yo cuando. mis jugos gástricos corroen la casa.

destrucción. quiero destruirlo todo. mi vida. destruir mi vida. celebrar una fiesta (janis. you taught me to. salir con un ruido jubiloso). fiesta abstemia/fiesta susurrante. y después. y después. como un cernícalo que se abre en la azotea. como un ratón que viaja en. las patas del pájaro y. no teme morir. no teme morir. porque es una cadena. y la cadena. un orden. y el orden. limpia el mundo. las ventanas. el estómago.

no quiero que me pase nada por favor no quiero. irme. solo un hueco. por favor. un hueco. donde se alojan los viejos y me dicen. lo que hay. y me dicen. que soy el cráter que soy inminente que he destruido toda la ciudad. que no me pase nada pero. parcial. y ligera. y seca. que salga esto de aquí que se vayan los rastros que sea la vida. que sea la vida lo que vivo y no. el agua. que no está. el agua que se hará vapor en cuanto. salga el sol. el. sol.

¿irá mejor el mundo. sin este sol. reminiscente? ¿si yo me fuera. si yo no fuera. el ácido. la leyenda. el diccionario mitológico de. las ratas?

sin mí tal vez el mundo. desaparecería. sin mí tal vez. el mundo. y la lluvia y el sol y la fiesta. y todo. tras las orejas.

porque yo soy el cráter la inminencia el estrés. porque yo soy un ave. porque mis jugos gástricos *__serán la guerra__*
 
 

martes, 14 de marzo de 2017

ítaca pero

cuando estoy sola. te levanto. cuando. estoy sola. te levanto. débil plano. débil. muralla. cueva y los agujeros. de las orejas. cueva inscrita en. la curva de la corva de mi débil pe. cho. cuando estoy sola. te acumulo. es decir. te proceso. y herramientas y discos rayados. viejos discos rayados de los smiths y de. phoenix. o algo así. una banda francesa que escucho. cuando. estoy sola. y te levanto. y te levanto. y te propongo. juegos. que se juegan con la lengua. que se juegan. con. los. músculos. y el brillo grisáceo de los huesos. de los huesos que se pudren. como calabazas. como peces. como ojos. cuando estoy. sola. te levanto. nadie puede mirarme. ni puede encontrar la balsa. sobre la que navego. los lunes. los martes. y los viernes. sobre la que navego como. si ítaca. es decir. si ítaca. no fuera un balbuceo. una niña tartamuda. y habladora. quería contar lo que pensaba. en el coche. en la balsa. al regresar cuando mis padres se miraban y. todavía se querían. pero. cuando estoy sola. te levanto. y todavía. te quiero. como calabazas. como peces. te hago. piedra a piedra. step. by. step. no existes y yo. te existo. o sea. te visto. es decir. juego contigo a la nada y después con la nada. juego a ti. 

y jugar a ti es. ponerme los zapatos en los dedos. un zapato por dedo. respirar en el centro de. las escaleras. mirarme. mirarme es jugar a ti. en distintas posturas y con distintos colores y cuando estoy sola. cuando. estoy sola. cuándo. estoy sola. qué es estar sola pregunto como una. calabaza. como un. pez. muro. muro del subsuelo. muro del subcuerpo. muro del subagujerodemibocatartamuda. y sé. y sé. que salir a la calle. y mirar las figuras. y levantarte. tendrá la forma de las plumas. de las sábanas ásperas. del juego. ¿la oca? obsesionada con el ensayo de tabucchi. obsesionada. otra vez. cuando estoy sola. me obsesiono. y te levanto. edificio pulido con espaldas. edificio erosionado con. estar. sola.

ítaca. jugar en ítaca. construir un parque de ocio en ítaca. vallarlo. levantar un muro. levantar. los muros. de piedra. cuando estoy sola quiero. que la isla sea mía. mía. y para mí. creciendo los árboles y haciendo. huevos. y un barco perverso. un barco glorioso. un barco. hacia mí. discos rayados tartamudos.

cuando estoy sola. y me buscan barcos. te levanto. te levanto. juego y. nunca dejo entrar.  

martes, 20 de diciembre de 2016

Martes, 20 de diciembre de 2016

Decirle al doctor: tengo un esguince de tobillo. Tengo un esguince de tobillo y soñé que me vendaba los ojos y el pelo y el estómago. ¿Es algún fetiche, doctor, soy una degenerada, me pican las palmas de las manos porque soy una degenerada y algo quiere decírmelo y usted, doctor, me conoce? ¿Usted cree que me conoce? Y decirle al doctor: cállese. Y soltar el peso del cuerpo y decir yo y mi cuerpo, yo y mi cuerpo. Alterar el orden porque sé que primero el árbol y después las ramas, que primero yo y después los ojos y después las tejas y los dedos que me pican, doctor, me pican los dedos y no puedo rascarme porque tengo un esguince de tobillo, porque soñé que me vendaba, porque soy una degenerada y sé, doctor, lo que desea. Y sé, doctor, lo que piensa. Decirle al doctor: sé lo que piensa. Doctor, ¿usted conoce el miedo? Doctor, ¿usted se pesa por las mañanas y usted no tiene miedo de haber desaparecido o de no pesar nada o de pesar cien kilos y ser una desgracia, doctor, una desgracia? Decirle al doctor: la última vez que me pesé tenía catorce años. Y salieron ochenta y cuatro kilos. Ochenta y cuatro kilos y un desastre natural y una cascada (de vómito, de pieles muertas, del orgullo de papá). La última vez, doctor, era una niña. ¿Es algún fetiche, doctor? Renunciar a ser leve o a ser de hierro o a ser algo porque ochenta y cuatro kilos de materia, ochenta y cuatro kilos de esta cara sucia de ciudad.

Cara sucia de ciudad. Decirle al doctor: cara sucia de ciudad. Yo y mi cuerpo. Si dejé de pesarme y si convertí mi cuerpo en un ojo. En el reflujo de un ojo. Tengo un esguince de tobillo, pero sus cuencas vacías y sus dedos esqueléticos (las ramas, los rabos de gato, mi ventana) y la voz con la que dice tu cuerpo y tú, tu cuerpo y tú. El sol me hace llorar. El sol quiere que llore. Decirle al doctor: llanto. Saldré de aquí convertida en nada, pero juro que iré vendada y que se partirán mis articulaciones y se partirá mi pecho como un cuchillo de plástico (jugaba a cortarme las venas cuando ochenta y cuatro kilos y ochenta y cuatro kilos de materia) y se partirá mi estrella y juro. Juro. Juro.

A veces como para morirme.

A veces me como el cemento de los ojos de los otros.

A veces yo y mi cuerpo no sabemos cómo, no sabemos cómo pero nos encontramos en la cama y hacemos el pino y jugamos a ochenta y cuatro kilos y nos dormimos en una rama pero la rompemos y el suelo y el doctor y soy una crudelísima degenerada. Decirle al doctor: soy una degenerada. ¿Hay cura, doctor, hay cura? ¿Vamos a vendarme y a asfixiarme y a dejar que muera? Que muera, doctor, como todo. ¿Usted sabe morir? ¿Usted sabe que vamos a morir? ¿Usted sabe que quiere salvarme la vida pero que me voy a morir? Y posiblemente cuando me entierren llegaré al centro de la Tierra y arderé en llamas y ya no seré nada.

Y ya no seré nada. Decirle al doctor: no seré nada. Tengo un esguince de tobillo, pero no seré nada. Ochenta y cuatro kilos o la nada.

domingo, 27 de noviembre de 2016

Domingo, 27 de noviembre de 2016

***

No van a escucharte. Aunque grites, aunque sudes. Nadie oye las secreciones de tu cuerpo. Ni el calor ni la saliva ni la humedad entre las piernas. Déjate. Hay una mancha enorme en el techo, pero déjate. Serás más cómoda si empiezas a hacer como si nada y si empiezas a levantarte por las mañanas y a convertir el dolor en un juego. Si me muevo, si me tuerzo. Si hago así hay una marea de cuchillos en mi barriga. Si hago así pienso en las manos y me duele dentro.

Felicidades: ya no eres una adolescente.

Felicidades: ya no tienes que llevar camisas sueltas para ocultar que tienes tetas. Y que no quieres que te toquen las tetas. Que no quieres dedos sucios por encima de los pezones. Que quieres echarte a llorar y mojarte los rizos con las lágrimas y decir la vida no tiene sentido. Porque felicidades: la vida no tiene sentido. Y no van a escucharte. El ruido de los muelles del colchón. Cuando te giras, trozo de nada. ¿Cómo puede la nada, eh, tener trozos? Trocitos, pedazos, puntas. Como una pared rasposa. Siempre has imaginado la nada como una pared rasposa y siempre has pasado los brazos por la nada hasta hacerte daño. Quieres sangrar, lo sé. Solo para saber. Solo para convertir el dolor en un juego. ¿Vas a dejar de escribir cosas tristes?

¿Vas a dejar de hacer cosas tristes?

Pero déjate. Pero coge los hilos con los dedos y retuércelos. Pero muérdelos. Pero métetelos en la boca. En la boca, en la profunda boca. Tu boca llega hasta la tierra. Tu boca traspasa la tierra y excava y descubre las capas terrestres y es reconocida mundialmente por su servicio a la ciencia y se suicida porque esa vida no le gusta. Tu boca no lo planeaba. En la desgraciada boca. Para que te tragues los hilos. Para que hagas la digestión y los hilos se mueran. Para dejarte. Para dejarme. ¿Qué pinto yo en todo esto?

Es posible que se te caiga el pelo. Posible que sueltes algo por la piel. Nadie escuchará tus secreciones. Nadie las oirá cuando se despeguen de tus brazos y corran por el suelo y hagan una catarata en la ventana de tu cuarto. Por esa ventana no se ve nada. Por esa ventana solo se ve una plaza vacía. La atrocidad, mujer, la atrocidad y el cuerpo cansado.

No me mires. No quiero que me mires nunca más.    

Ya no tienes edad para mirarme. Has elegido hacerte mayor (y no matarte al cumplir los quince, y no abandonar la isla y reducirte a un hueso partido por la mitad. Y no perder la identidad. Las gafas. El pelo. El ánimo). Has elegido el tiempo y la lucha contra el miedo y las costuras de la casa. Pudiste haberte quedado ahí. No avanzar más. Dejar que te atravesara como un murmullo, como un grito, como el goteo de tus secreciones y todo eso que no oirán jamás. Pudiste haberte quedado donde no te oían. Donde no te oían.

Y ahora si toses traspasas la pared. Y ahora si hablas no puedes guardar secretos. Y ahora si te ríes todos participan.

¿Cómo te levantas por las mañanas? ¿Cómo te tragas el café? ¿Cómo representas los papeles que te dieron cuando naciste y que te quitaron cuando naciste y que te dolieron cuando naciste? Aquí no van a escucharte. Allí te espiarán. Sabrán cuándo te mueves y de qué manera lo haces. Sabrán si tu cara es de disgusto o de alegría (pocas veces, lo vaticino). Si finges, si eres real. Es posible que no seas real. Es posible que solo hayas traspasado la realidad cuando mirabas el techo desde la cama y doblabas los dedos de los pies hasta el calambre. Es posible que solo te hayas conocido cuando querías rajarte las piernas.

Muy posible, filo de nada, que tu genialidad esté en tu tristeza.

Pero tú miras con tristeza, y comes con tristeza, y ríes con tristeza. Eres feliz con tristeza. Haces el amor con tristeza. Sientes chispas con tristeza.

Mentira, mentira, mentira.

Querría eliminarla y dispararle en la cara. Desfigurarla. Convertirla en otra idea. Que me acompañara de otra forma o con otro color en la punta de los ojos. Con otra forma de verme. De estirarme. Yo (porque ahora hablo yo, réplica) no estoy triste. Hoy no estoy triste. Hace un par de días me metí en la cama y sentí que me vibraban las piernas. Hace un par de días me dolía el estómago de reírme y vi cómo la habitación se difuminaba con mis estertores. Hace tiempo que sé, réplica, que no me iré de aquí silbando. Que no todo es tan denso y que puedo hacer que no me escuchen.

Que no escuchen mis secreciones.

Porque ya no soy una adolescente.

Y este olor a libro viejo y estas ganas de moverme. Y el recuerdo de la cama. La cama que me cogía como una dentadura. Muerde, muerde, muerde. La narcotización del sueño. Del sueño y de la huida y del escape, porque esa era la única realidad posible. Para mí. Empecé a tener pesadillas y me convertí en un mirlo. Y en la noche.

Soy el cuerpo de la noche. Estoy estrellada hasta los labios. No sé razonar.

Llaman a mi puerta, réplica. De formas que no imaginas. De formas que no cuentas cuando dices que van a oírme y que decidí hacerme mayor. Llaman a mi puerta y dicen tiempo. En las bocas de mis amigos hay siempre sabor a óxido. Y una mota fría, ¿entiendes? Y con esa mota fría rezan por mí y rezan por ellos y les hablan a los árboles. ¿Qué dirán de mí los árboles? ¿Lo mismo que tú? ¿Les habré traicionado cuando salí de la grieta (de la grieta que se forma entre las costillas y los pechos) y me cambié de cara? Traiciono todo lo que toco. Todo lo que toco lo traiciono. Debería haberle dado forma al mundo con las manos, pero me quedé parada en un banco y me fumé tres cigarrillos y se me cayó el fuego a las piernas. Cicatrices: tú.

No me mires. No quiero que me mires nunca más.

Ya no tengo edad para que me mires. Quise cosas de ti, pero ahora. Ahora. No puedo convertir el dolor en un juego. No tolero el dolor. He perdido la capacidad de provocarme dolor. De aguantar mi propio dolor. ¿Cómo te llamas? ¿Vas a decirme alguna vez cómo te llamas?

Adiós. Adiós. Todos pueden oírme. Es mejor que no sepan que hablamos. Es mejor que no lo entiendan. Si lo hacen, réplica, podrían destrozarme. Y me convertiré en palitos de madera antes de que me destrocen. Para que puedan romperme mejor. Para que puedan terminar con lo que intento que no suceda. No tendré que salvarme más si nos escuchan. Y podré tocar la podredumbre de la pared y bajar hasta el sótano y dormir, dormir. Esconderme y esperar. No conozco a nadie que lo haya hecho, pero creo que es porque todos han desaparecido.

Vamos a desaparecer y nadie va a querer agujerear los muros para vernos.

No habrá visitas. No habrá música. Nadie que pague una hora de televisión para verla con nosotras. Si se acaban los libros no traerán otros nuevos. Si se acaba la vida no traerán otra nueva. Nos condenaremos a esta boca inmensa y a este placer discontinuo. ¿Dónde sientes el placer? Yo en ningún lugar. Es solo una idea, ¿entiendes?

Te pondré una tirita. Entonces te irás. No quiero que me mires. No quiero escucharte. No sabrás vivir sin mí, pero

nunca te pedí que nacieras. Ni tú a mí. Ni tú a mí, trozo de nada.
  
***